Volvemos a los pasillos del videoclub. Aquellos veranos donde elegíamos películas por la portada, la intuición o una recomendación inesperada. Vuelve el cine de culto, el misterio del VHS, y la comunidad que se arma cuando alguien dice: “tienes que ver esto”.
El regreso de una fiebre compartida
Fiebre del Videoclub nació como homenaje a esos veranos donde el ritual no era ir al cine, sino al videoclub. Donde pasábamos más tiempo explorando que viendo. Y donde, sin darnos cuenta, formábamos una especie de comunidad: la persona que te prestaba su membresía, quien te recomendaba algo “raro pero bueno”, quien devolvía un título con una nota pegada.
Esa lógica —la de descubrir, compartir y conversar— sigue viva en epicentro. Y por eso este ciclo se siente tan natural: películas que no siempre son fáciles, pero que valen la pena. Que generan preguntas, obsesiones y ganas de hablar después.
¿Qué vimos en el Vol. 1?
El primer volumen trajo una mezcla de cine obrero finlandés (Shadows in Paradise), erotismo neoyorquino (Variety), feminismo incendiario (Born in Flames) y pesadillas suburbanas de culto (Blue Velvet). Un collage de rarezas que conectaron justo por lo distintas que eran.
¿Qué veremos ahora?
El Vol. 2 lleva esa energía un paso más allá. Son cuatro películas que podrían estar en cualquier estante “prohibido” del videoclub:
- Liquid Sky (1982): ciencia ficción neoyorquina queer, alienígenas que se alimentan del clímax y estética new wave al límite.
- Mishima: A Life in Four Chapters (1985): la vida del escritor Yukio Mishima narrada como ópera visual. Arte, disciplina, deseo y muerte.
- Decoder (1984): cinta alemana inspirada en William Burroughs, sobre control mental, muzak y resistencia sonora.
- Fehérlófia (1981): animación húngara psicodélica basada en mitología ancestral. Un viaje visual sin retorno.
Películas que no sabías que necesitabas ver. Y que, vistas en colectivo, toman otra dimensión.
Más que un ciclo, una comunidad
En epicentro, ver cine es solo el inicio. Las proyecciones invitan a quedarte, conversar, compartir lo que te movió o confundió. Como en el videoclub, pero con palomitas recién hechas y sin fecha de entrega.
Además, cada película del ciclo viene acompañada de una postal coleccionable. Un objeto que te puedes llevar, para recordar que estuviste ahí.
Cuándo y dónde
Todos los sábados de julio a las 7:00 p.m.
Lugar: epicentro (Narvarte, CDMX)
Entrada libre con registro previo. Aportación voluntaria para apoyar el proyecto.
Espacio limitado a 20 personas por función.
Registro abierto en nuestra página 1 semana antes de cada proyección.